En 26 años de ¿democracia?

o: http://www.youtube.com/watch?v=4P9nhCwKWbo

Segundo informe sobre la atención de la línea “Aborto: más información, menos riesgos”



Disponible en PDF en: http://argentina. indymedia. org/news/ 2009/11/707859. php


1.700 llamadas. 1.700 historias. 1.700 mujeres ….la prohibición como violencia política contra las mujeres

Por Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto

En Argentina, cada mujer enfrenta en su vida por lo menos dos abortos clandestinos. El 60% de los embarazos son no planificados. Una de cada 4 mujeres es violada a largo de su vida. 68.000 mujeres por año requieren atención médica por infección o hemorragia como consecuencia del uso de métodos inseguros para abortar. En democracia, al menos 3.000 mujeres pobres han muerto como resultado de la prohibición del aborto[1].

¿Qué derechos humanos podemos ejercer las mujeres frente a un estado que prohíbe el aborto? ¿El derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad? ¿A la salud física, mental y moral? ¿A no ser víctimas de violencia, tortura y tratos crueles, inhumanos, degradantes? ¿A decidir libremente el número e intervalo de las hijas y los hijos? ¿A la información, educación y a medios que nos permitan disfrutar de estos derechos humanos?

En 3 meses y medio de atención, desde el 1 de agosto hasta el 20 de noviembre, la Línea “Aborto: más información, menos riesgos”, recibió 1636 llamadas[2]. Durante agosto y septiembre, la frecuencia fue de 11 llamadas por día, 1 cada media hora. Durante octubre y noviembre, el promedio fue de 16 por día. Una llamada cada 22 minutos. Llamaron mujeres de todo el país. 944 mujeres embarazadas recibieron información sobre aborto. El 77% de Capital y Provincia de Buenos Aires. Alrededor de 300 se comunicaron con la línea más de una vez para solicitar información. Otras 400 personas llamaron como acompañantes de mujeres embarazadas que buscan información sobre aborto, y en un número menor, para solicitar otro tipo de información.

El 99% de las mujeres que recibieron información tenía información previa sobre métodos inseguros de aborto, con riesgo para su salud y/o su vida. El 64% tenía información de boca en boca, el 27% tenía información de médicxs, el 17% tenía información de internet, y el 10% de farmacéuticxs. Sólo el 1% tenía información completa y correcta sobre el método para aborto con misoprostol, considerado como el más seguro en contextos de clandestinidad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (FLASOG).

La mantención de la prohibición del aborto como ley durante tanto tiempo, a pesar de los cambios políticos y la reafirmación de los compromisos con los derechos humanos de las mujeres, pone en evidencia una alianza extorsiva. Esta alianza mantiene al aborto clandestino y a las mujeres viviendo bajo un sistema totalitario, aún en una democracia declarada. Naturaliza la impunidad con que los varones ejercen violencia en las relaciones heterosexuales y la existencia de un estado paralelo corporativo, conformado principalmente por médicxs, laboratorios y farmacias. Realiza propaganda permanente y ejerce un control territorial de los cuerpos con útero. Esta alianza tiene recursos humanos y materiales cuantiosos y una burocracia bien pagada entre profesorxs, legisladorxs, administradorxs y juecxs.

Mientras el estado democrático invirtió en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable 35 millones de pesos en 2009, el estado terrorista paralelo nos cobra a las mujeres 1.000 millones de pesos al año por abortos clandestinos[3]. Este robo de nuestros cuerpos, tiempo, decisiones, nuestras vidas, trabajo, recursos, se escucha cotidianamente en la atención de la línea “Aborto, más información, menos riesgos”:

“El médico me cobra 5.000 pesos”.

“Me cobran 500 pesos cuatro pastillas”.

“Tuve que sacar un crédito en el banco”.

“Tuve que pedirle un adelanto a mi patrona”.

“Tengo que esperar que me paguen el plan”.

“Le pedí plata a todas mis amigas”.

“Vendí mi heladera”.

“Quedé debiendo el alquiler”.

“Me gasté los ahorros que tenía para arreglarme los dientes”.

“Tuve que tirar goma para pagar las pastillas”.

Esta violencia económica, poder mafioso, se afirma sembrando terror físico y moral. Bajo el silencio extorsivo que impone la prohibición, los terrorismos jurídico, médico y farmacológico de estado expresan su intensa capacidad de muerte y pericia para la crueldad.

“Tengo miedo. Me pusieron veneno para ratas”.

“Tengo miedo. En la farmacia me vendieron 4 pastillas y me dieron 2 inyecciones, no sé de qué”.

“Tengo miedo. Una enfermera le dijo a mi mamá que me tenía que abrir el útero con una cuchara”.

“Acá en este barrio el aborto es como el resfrío.”

“Me violaron, pero ninguna clínica ni hospital me hace el aborto”.

“En este pueblo hay un sólo médico que hace abortos”.

“Tengo miedo. Me dijeron que seguir con el embarazo es de alto riesgo, no me dejan irme de la clínica y no me hacen un aborto”.

“El médico no me avisó que los antibióticos anulan el efecto de las pastillas anticonceptivas. Me dijo que era una boluda por no leer el folleto”.

“Tengo miedo. A mi hermana en el hospital le dijeron asesina. Las enfermeras le dejaron el feto en la cama durante toda la noche. La policía vino a mi casa. Tengo 13 años, y estoy embarazada”.

Mafias que operan a la luz del día ofrecen y hacen abortos clandestinos, para algunas en condiciones materiales de lujo y privilegios; para otras, en condiciones de mayor riesgo, tortura, humillación y muerte.

Este aborto clandestino se realiza en sociedad…..

Para leer el informe completo hacer click Aquí

[1] Según cifras oficiales del Ministerio de Salud de la Nación.
[2] Estos datos incluyen los del primer mes, ya presentados en el primer informe de atención de la línea “Aborto, más información, menos riesgos”, presentado en la legislatura de la CABA el 21/09/09.
[3] Según cifras publicadas por diferentes medios de comunicación y obtenidas a través de relatos de la línea “Aborto, más información, menos riesgos”, los precios del aborto clandestino, ya sea quirúrgico o con medicamentos, oscilan entre 1.000 y 5.000 pesos. Sobre un costo promedio de 2.000 pesos por aborto clandestino, calculamos que en un año, 500.000 abortos clandestinos aportan a las cajas mafiosas 1.000 millones de pesos.
Segundo informe sobre la atención de la línea “Aborto: más información, menos riesgos”




LA PROHIBICIÓN COMO VIOLENCIA POLÍTICA

Por Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto




1.700 llamadas. 1.700 historias. 1.700 mujeres ….




En Argentina, cada mujer enfrenta en su vida por lo menos dos abortos clandestinos. El 60% de los embarazos son no planificados. Una de cada 4 mujeres es violada a largo de su vida. 68.000 mujeres por año requieren atención médica por infección o hemorragia como consecuencia del uso de métodos inseguros para abortar. En democracia, al menos 3.000 mujeres pobres han muerto como resultado de la prohibición del aborto[1].

¿Qué derechos humanos podemos ejercer las mujeres frente a un estado que prohíbe el aborto? ¿El derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad? ¿A la salud física, mental y moral? ¿A no ser víctimas de violencia, tortura y tratos crueles, inhumanos, degradantes? ¿A decidir libremente el número e intervalo de las hijas y los hijos? ¿A la información, educación y a medios que nos permitan disfrutar de estos derechos humanos?

En 3 meses y medio de atención, desde el 1 de agosto hasta el 20 de noviembre, la Línea “Aborto: más información, menos riesgos”, recibió 1636 llamadas
[2]. Durante agosto y septiembre, la frecuencia fue de 11 llamadas por día, 1 cada media hora. Durante octubre y noviembre, el promedio fue de 16 por día. Una llamada cada 22 minutos. Llamaron mujeres de todo el país. 944 mujeres embarazadas recibieron información sobre aborto. El 77% de Capital y Provincia de Buenos Aires. Alrededor de 300 se comunicaron con la línea más de una vez para solicitar información. Otras 400 personas llamaron como acompañantes de mujeres embarazadas que buscan información sobre aborto, y en un número menor, para solicitar otro tipo de información.

El 99% de las mujeres que recibieron información tenía información previa sobre métodos inseguros de aborto, con riesgo para su salud y/o su vida. El 64% tenía información de boca en boca, el 27% tenía información de médicxs, el 17% tenía información de internet, y el 10% de farmacéuticxs. Sólo el 1% tenía información completa y correcta sobre el método para aborto con misoprostol, considerado como el más seguro en contextos de clandestinidad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (FLASOG).

La mantención de la prohibición del aborto como ley durante tanto tiempo, a pesar de los cambios políticos y la reafirmación de los compromisos con los derechos humanos de las mujeres, pone en evidencia una alianza extorsiva. Esta alianza mantiene al aborto clandestino y a las mujeres viviendo bajo un sistema totalitario, aún en una democracia declarada. Naturaliza la impunidad con que los varones ejercen violencia en las relaciones heterosexuales y la existencia de un estado paralelo corporativo, conformado principalmente por médicxs, laboratorios y farmacias. Realiza propaganda permanente y ejerce un control territorial de los cuerpos con útero. Esta alianza tiene recursos humanos y materiales cuantiosos y una burocracia bien pagada entre profesorxs, legisladorxs, administradorxs y juecxs.

Mientras el estado democrático invirtió en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable 35 millones de pesos en 2009, el estado terrorista paralelo nos cobra a las mujeres 1.000 millones de pesos al año por abortos clandestinos
[3]. Este robo de nuestros cuerpos, tiempo, decisiones, nuestras vidas, trabajo, recursos, se escucha cotidianamente en la atención de la línea “Aborto, más información, menos riesgos”:

“El médico me cobra 5.000 pesos”.

“Me cobran 500 pesos cuatro pastillas”.

“Tuve que sacar un crédito en el banco”.

“Tuve que pedirle un adelanto a mi patrona”.

“Tengo que esperar que me paguen el plan”.

“Le pedí plata a todas mis amigas”.

“Vendí mi heladera”.

“Quedé debiendo el alquiler”.

“Me gasté los ahorros que tenía para arreglarme los dientes”.

“Tuve que tirar goma para pagar las pastillas”.

Esta violencia económica, poder mafioso, se afirma sembrando terror físico y moral. Bajo el silencio extorsivo que impone la prohibición, los terrorismos jurídico, médico y farmacológico de estado expresan su intensa capacidad de muerte y pericia para la crueldad.

“Tengo miedo. Me pusieron veneno para ratas”.

“Tengo miedo. En la farmacia me vendieron 4 pastillas y me dieron 2 inyecciones, no sé de qué”.

“Tengo miedo. Una enfermera le dijo a mi mamá que me tenía que abrir el útero con una cuchara”.

“Acá en este barrio el aborto es como el resfrío.”

“Me violaron, pero ninguna clínica ni hospital me hace el aborto”.

“En este pueblo hay un sólo médico que hace abortos”.

“Tengo miedo. Me dijeron que seguir con el embarazo es de alto riesgo, no me dejan irme de la clínica y no me hacen un aborto”.

“El médico no me avisó que los antibióticos anulan el efecto de las pastillas anticonceptivas. Me dijo que era una boluda por no leer el folleto”.

“Tengo miedo. A mi hermana en el hospital le dijeron asesina. Las enfermeras le dejaron el feto en la cama durante toda la noche. La policía vino a mi casa. Tengo 13 años, y estoy embarazada”.

Mafias que operan a la luz del día ofrecen y hacen abortos clandestinos, para algunas en condiciones materiales de lujo y privilegios; para otras, en condiciones de mayor riesgo, tortura, humillación y muerte. Este aborto clandestino se realiza en sociedad.

El 45% de las mujeres que recibieron información lo hicieron acompañadas por sus parejas varones. Todas las menores de 18 años llamaron acompañadas, salvo muy pocas excepciones, por su familia cercana. En una gran cantidad de casos son esxs acompañantes quienes llaman primero.

En Argentina el estado paralelo encuentra cada tanto sus chivas expiatorias en las mujeres del barrio y del campo, pobres, de pueblos originarios, africanas y afrodescendientes, mestizas, a quienes enferma, mata, y denigra: Romina Tejerina, presa en Jujuy; Ana María Acevedo, a quien en Santa Fe lxs médicxs le negaron la quimioterapia y el aborto; L.M.R, de 19 años de edad, discapacitada mental, violada, que tuvo que esperar hasta la semana 20 para acceder a un aborto en Buenos Aires; una niña de 12 violada por su padrastro y obligada mediante tortura a parir en Mendoza; y este año, entre otras, Sofía Viviana Juárez en Santiago del Estero y María Díaz en Santa Fe, muertas por aborto clandestino. Hace una semana otra niña violada, de 10 años de edad esta vez, discapacitada mental, a quien se le practicó el aborto en un hospital de Tigre. Estas violencias espectacularizadas disciplinan a las mujeres hacia los modos de abortar funcionales a las corporaciones. En los países donde el aborto es legal, los métodos son variados, cada mujer elige. El aborto es considerado una práctica de bajo costo y bajo riesgo cuando se realiza durante las primeras 12 semanas de gestación
[4]. La exposición a la muerte no existe, aún en abortos con mayor tiempo gestacional y complicaciones de salud preexistentes[5].

El 93 % de las mujeres que se informó en la Línea Aborto, más información, menos riesgos, llamó con 12 o menos semanas cumplidas de embarazo. El 76% de las mujeres llamó con un tiempo de embarazo de hasta nueve semanas. El tiempo de embarazo promedio de todas las mujeres que llamaron es de 7,6 semanas. En las mujeres de edades entre 16 y 19 años que llamaron el promedio de tiempo gestacional es 7,95 semanas. El 100 % de estas mujeres podría haber abortado de manera segura. Salvo tres excepciones conocidas en 5 años, en Argentina ningún aborto es gratuito, ningún aborto es seguro, ningún aborto es legal.

Los riesgos, la espera y la maternidad forzadas, el embarazo no deseado y el aborto clandestino son violencias políticas, no crímenes del espacio doméstico
[6]. Durante los pasados 4 meses las corporaciones actuaron en función de esta violencia en la disputa sobre el control de las mujeres y los 1.000 millones de pesos que gastan al año en abortos clandestinos.

El 75% de las mujeres que llamaron a la Línea tiene entre 21 y 40 años de edad. El 21% son adolescentes y jóvenes entre 16 y 20 años de edad. Evitar embarazos no deseados es un privilegio para pocas. En el 76% de los embarazos relevados, los varones no usaron preservativo. En el 55 % de los casos, las parejas no usaron ningún método anticonceptivo.

En el 45 % de los embarazos restantes, las parejas usaron algún método anticonceptivo, que falló. Esto evidencia que un porcentaje significativo de embarazos se debe a los déficits de una ciencia que aún en el siglo XXI no está al servicio de las mujeres. Este déficit corporativo castiga con abortos clandestinos la decisión de una mujer de no gestar ni parir ni ser madre. El 45% de las mujeres que llamaron no tiene hijxs. El 50 % tiene entre 1 y 3 hijxs. El 5 % que resta tiene 4 hijxs o más (hasta 8 en un caso). De las mujeres de hasta 21 años de edad que llamaron, el 74 % no tiene hijxs, y el 21 % tiene unx hijx. De las mujeres de entre 21 y 40 años de edad que llamaron a la línea, el 23 % no tiene hijxs, y el 54 % tiene entre 1 y 2 hijxs.
Por lo menos desde 2.004, diversos estudios realizados en Argentina por CEDES y por médicxs de diversas provincias, y en otros países por la OMS y la FLASOG, entre otras organizaciones, vienen demostrando consistentemente que el uso del misoprostol es la principal causa de la reducción notable de aborto infectado y de la mortalidad por aborto
[7]. Sin embargo, la corporación médica reacciona restringiendo el acceso de las mujeres a la información sobre el uso del misoprostol para abortos más seguros, en un intento de seguir elevando y monopolizando las ganancias del aborto clandestino.
Entre otrxs, Jorge Vinacur, Presidente de la Sociedad Argentina de Obstetricia y Ginecología, dijo al Diario Crítica en Julio que "El misoprostol es un abortivo ineficiente y muchas mujeres mueren o quedan seriamente dañadas por utilizarlo"
[8]. En una nota firmada por Guillermina de Domini para Clarín, en la cual abiertamente se da información falsa confundiendo el misoprostol con la RU 486, Carlota López Kaufman, ginecóloga y presidenta de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción, dijo al diario Clarín[9] a propósito del aborto con medicamentos que “entre el 10% y 20% de las mujeres que pasan por este tipo de aborto, necesita recurrir a trasfusiones de sangre por hemorragias severas”. La nota asevera además que "la venta ilegal de medicamentos para interrumpir embarazos está creciendo un 10% todos los años”. En La Nacion.com Javier Valverde, del Colegio de Farmacéuticos de la Capital Federal afirmo que el 10 % de las mujeres que usan misoprostol “terminan con hemorragias muy severas y necesitando trasfusiones de sangre en hospitales”. Marcelo Viggiano, médico de la Asociación Obstétrica Argentina afirmó que las mujeres que abortan con misoprostol acuden a hospitales “con hemorragias importantes que en la mayoría de los casos llegan a la muerte”[10].
A través de la Línea confirmamos que lxs médicxs también concretan el terrorismo desinformativo en sus consultorios: en los testimonios relevados por la Línea, el 27% de las mujeres tenía información sobre aborto errónea o falsa, proporcionada por médicxs.
El Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires desde hace 10 años impulsa políticas de restricción de venta y prohibición formal del misoprostol en la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Ha logrado hace ya varios años que en todo el país el misoprostol haya dejado de ser de venta libre y se venda bajo receta archivada. A partir de esta restricción, el precio en el mercado ilegal oscila entre los 40 y 250 pesos por cada pastilla. El incremento es como mínimo del 100% sobre el precio de venta legal en farmacias y como mínimo del 200% sobre el precio que tendría si fuera de producción pública.

La mala información lleva a las usuarias casi indefectiblemente a acudir a la farmacia o algún otro lugar de venta clandestina más de una vez, ya sea para comprar más pastillas u otros medicamentos que no están avalados como métodos sin riesgos por ninguna organización médica. El 10% de las mujeres que se informaron en la línea manifestaron haber recibido información errónea sobre aborto por parte de lxs farmacéuticxs. En otros casos, además de ser empobrecidas y puestas en riesgo, las mujeres son además estafadas: las pastillas se venden vencidas, en paquetes adulterados. También hemos recibido testimonios de mujeres a quienes se ha vendido pastillas que no contienen misoprostol o incluso las cajas vacías.

Debido a su uso obstétrico para producir abortos sin riesgos hasta la semana 12 de embarazo, incluso en contextos de clandestinidad, el misoprostol está incluido en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS
[11]. Existe un derecho humano a acceder a los medicamentos definidos como esenciales por la OMS, son medicamentos vitales. Desde la perspectiva de los derechos humanos, prohibir o restringir el acceso al misoprostol por cualquier medio, incluido su precio, es una violación grave del derecho a la salud de las mujeres. Todo parece indicar que el mayor y más rentable mercado de venta ilegal de misoprostol se encuentra en manos de las corporaciones que operan en la Provincia de Buenos Aires. Sólo Luciani representa a 6.000 profesionales de 4.500 farmacias de toda la provincia[12].

La corporación jurídica está dispuesta a seguir mirando para otro lado y quizás a sacar el aborto del código penal en algunos casos, pero no a reconocer que el aborto es un derecho. En este modelo, nunca es cada mujer la que decide sobre su cuerpo y su destino. Juecxs, abogadxs, evalúan los casos “meritorios”, “urgentes”, “espectaculares”. La corporación jurídica autoriza a las mujeres a abortar por medio de decisiones judiciales excepcionales o el simple hecho de acceder a unx abogadx. Aún cuando la producción de un embarazo requiere necesariamente de la participación de un varón, el único cuerpo sometido al escrutinio y regulación por la corporación jurídica, criminalizado, es el cuerpo de mujer. Este año, “un juez de un alto tribunal del país fue echado de la Universidad Católica Argentina (UCA), donde se desempeñaba como profesor de un posgrado en Derecho Administrativo, como consecuencia de haber avalado en un fallo la realización de un aborto terapéutico, no punible, claramente contemplado en el Código Penal”
[13].

"Yo no ando por la calle corriendo a las embarazadas diciéndoles que aborten, pero si hay alguna que quiere abortar por algún motivo que me parece lo suficientemente serio, creo que debe poder hacerlo en condiciones de seguridad en que no arriesgue su vida además de la criatura por nacer", manifestó la Jueza Argibay en diferentes medios
[14].

“No existe legislación en el mundo que despenalice el aborto. No se dice que cualquiera puede abortar después de ocho meses y medio de embarazo. Lo que se discute es si se puede ampliar el ámbito de los abortos impunes... a otras situaciones, algunas otras...hay que tutelarlo estableciendo medidas de seguridad social para la mujer embarazada...Y si la mujer quiere hacer un aborto, tratar de aconsejarle, o disuadirla, o darle el apoyo para que pueda llevar adelante el embarazo... si la norma penal es ineficaz como tutela, aflojemos la norma penal para darle la tutela por otra vía...cuando se vuelve masivo el homicidio se llama guerra, y eso termina en un armisticio...Hoy el número de muertos es equivalente al que puede haber en una guerra, si contamos como vida a los fetos”, confió el Juez Zaffaroni a Adrián Murano para la Revista XXIII
[15].

El estado mafioso también contesta desde dentro de las instituciones, reproduciendo los discursos femicidas en proyectos de ley. En Chaco, el diputado Armando Luis Verdum, médico, y la diputada Clelia Mirtha Ávila, abogada y escribana, presentaron un proyecto de repudio “contra el teléfono de la muerte”. Diversas organizaciones políticas y sociales de Chaco, entre ellas el Frente Grande, Barrios de Pie, la CTA y la Agrupación Juana Azurduy se manifestaron públicamente en contra de estos proyectos.

En Tucumán, Carlos Canevaro, del bloque Unión Norte Grande, presentó un proyecto de repudio de la Línea. En el Congreso Nacional han sido presentados tres proyectos de declaración de repudio por Dante Alberto Camaño de Propuesta Republicana, Julián Martín Obligio del Bloque Nacional Sindical, e Ivana María Bianchi del FREJULI: “este 0800-Aborto estaría incurriendo en el presunto delito de ejercicio ilegal de la medicina, dado que este fármaco no tiene indicación de tratamiento durante el embarazo normal, porque no es curativa sino que es abortiva con severas complicaciones probables. Lo mismo téngase presente para la droga misoprostol, nombre comercial más conocido oxaprost". No es raro encontrar que estos proyectos se fundamentan en información falsa de supuestas asociaciones médicas inexistentes
[16].

En la Legislatura de la CABA, el proyecto de “Guía para la atención post aborto” fue frenado por un dictamen de mayoría en la Comisión de Salud, de mano del PRO. Este proyecto era impulsado entre otras por las diputadas Diana Maffía y Gabriela Alegre. Estas diputadas acompañaron la presentación del Primer Informe de Atención de la “Línea Aborto, más información, menos riesgos”, el 21 de Septiembre de este año, en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el Congreso Nacional se han presentado, desde distintos bloques, diversos proyectos de ley para legalizar el aborto: doce en los últimos dos años. Más de 40 en los últimos 26. Ninguno ha sido siquiera tratado por las correspondientes comisiones.

La violencia política contra las organizaciones y personas que luchamos contra la prohibición del aborto y por su legalización, contra quienes aportamos para reducir las consecuencias negativas y violaciones de derechos causadas por el aborto inseguro, es también una forma de terrorismo de estado.

Estas diferentes corporaciones del estado paralelo revictimizan a mujeres en un triple castigo: son víctimas, las revictimiza la prohibición, las revictimiza la sociedad echándoles la culpa de las desgracias colectivas, de la existencia de la violencia política que las victimizó en primer lugar.

En Mendoza, hace una semana se cristalizó una nueva forma de alianza extorsiva entre corporaciones prohibicionistas, mediante la aprobación de un proyecto de Ley presentado en 2.007 por el senador provincial José Abel. Este médico y sus secuaces, tergiversando resultados de un estudio sobre un Estado de Brasil de 1.992, ha logrado restringir aún más el acceso al misoprostol, limitando su distribución a hospitales y centros de salud. Reeditando el decreto de López Rega que en el gobierno de Isabel Perón prohibió el acceso a anticonceptivos, cerrando lugares de consejería en hospitales públicos y su venta en farmacias bajo triple receta archivada.

En los pasados cuatro meses, desde Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto respondimos a esta violencia política. Generamos acción y reflexión para salir del callejón punitivo del aborto clandestino. No prescindimos de la ley, ejercimos derechos. Trabajamos junto a organizaciones feministas, de derechos humanos, a la comunidad LGTTB, a médicas y médicos, abogadas y abogados, medios de comunicación y periodistas, para desarticular el poder de muerte y esquivar los controles médicos mafiosos.

En septiembre, la Dra. Zulema Palma, Presidenta de Mujeres al Oeste y miembra del CLACAI, Consejo Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro, entrevistada por Jorge Lanata calificó la desmedicalización de la vida de las mujeres como un avance respecto del cumplimiento de sus derechos humanos.

El Dr. Fernando Giayetto, médico de La Pampa, destacó en diversos medios que todo embarazo no querido debe entenderse como un problema para la salud de cualquier individuo. “Esto sería suficiente argumento para que el acceso al aborto fuera universal, seguro y en manos del Estado”
[17].

El mismo mes, Mario Sebastiani, Miembro del Servicio de Obstetricia y Comité de Bioética del Hospital Italiano, entrevistado por Josefina Licitra para el Diario Crítica, declaró “El conocimiento médico [...] le pertenece a la gente [...] Dado que no se ofrece otro tipo de solución [...] bienvenido sea el número telefónico [...] Le guste a quien le guste, el aborto está desapareciendo del ámbito médico para convertirse en un acto privado de las mujeres. Esto es producto de la tecnología y de que las mujeres han sido castigadas cuando necesitaron acercarse a la medicina y sus instituciones: encontraron denuncias, victimización y juzgamiento. Las respuestas que encontraron de nosotros fueron de cuarta...la medicina tiene que estar del lado de estas mujeres.”

También en octubre, el Dr. Juan Osvaldo Mormandi, Jefe de Ginecología del Hospital Eva Perón, de San Martín, confirmó en un informe especial para Telenoche Investiga que “Paradójicamente el misoprostol está ayudando a reducir las muertes por aborto”
[18].

En estos 4 meses de intenso trabajo hemos retenido 2.300.000 pesos en manos de las mujeres. 819 niños y niñas no corrieron el riesgo de perder a sus madres como consecuencia de un aborto inseguro. Hemos roto el silencio en decenas de medios de comunicación, tan disímiles que van desde la tapa del diario Crítica, los blogs del diario Clarín, los video informes de la versión digital de La Nación, el suplemento Las 12, hasta medios independientes como Indymedia, AMARC, La Tribu. Hemos difundido información científica, veraz, actualizada y no prejuiciosa sobre aborto en 1.700 llamadas. Esperamos que con este trabajo ampliemos la libertad de las mujeres y fortalezcamos nuestra agencia política para lograr que 2.010 sea el año de la legalización del aborto en Argentina.

Lesbianas y Feministas
por la Descriminalización del Aborto
26 de Noviembre de 2.009


masinformacion.menosriesgos@yahoo.com.ar
www.informacionaborto.blogspot.com

[1] Según cifras oficiales del Ministerio de Salud de la Nación.
[2] Estos datos incluyen los del primer mes, ya presentados en el primer informe de atención de la línea “Aborto, más información, menos riesgos”, presentado en la legislatura de la CABA el 21/09/09.
[3] Según cifras publicadas por diferentes medios de comunicación y obtenidas a través de relatos de la línea “Aborto, más información, menos riesgos”, los precios del aborto clandestino, ya sea quirúrgico o con medicamentos, oscilan entre 1.000 y 5.000 pesos. Sobre un costo promedio de 2.000 pesos por aborto clandestino, calculamos que en un año, 500.000 abortos clandestinos aportan a las cajas mafiosas 1.000 millones de pesos.
[4] OMS, Guía técnica par abortos sin riesgos, 2005.
[5] Informe de HRW (Human Right Watch) sobre las consecuencias del aborto clandestino, 2005.
[6] Son simultáneamente contrato y estatus, cofradía y jerarquía.
[7] http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-1630-2004-12-10.html
[8] http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=27252&pagina=2
[9] http://www.clarin.com/diario/2009/08/17/um/m-01980035.htm
[10] La Nación.com, 26 de Agosto de 2009
[11] WHO Model List of Essential Medicines, 2009.
[12] Publicado en el Diario Clarín, el 30 de marzo de 2008. Ver también declaraciones de Marcelo Peretta, presidente del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, y de Rubén Abete, presidente de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos en Argentina, en Clarín, 17 de Julio de 2009.
[13] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-133700-2009-10-19.html
[14] Informe Especial Telenoche investiga, Octubre 2009. También en http://www.rosarionet.com.ar/rnet/nacionales/notas.vsp?nid=46573
[15] http://www.elargentino.com/nota-60323-El-problema-del-aborto-no-se-soluciona-con-el-Codigo-Penal.html
[16] Ver, “Sociedad Argentina de Ética Médica denuncia graves riesgos de ‘teléfono del aborto’”, disponible en: http://blogs.clarin.com/actitud-jovenesprovida/2009/8/5/sociedad-argentina-etica-medica-denuncia-graves-riesgos
[17] http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-131104-2009-09-03.html
[18] En el mismo sentido se expresó en octubre, El Dr. Jorge Tartaglione, Jefe del Servicio de Prevención del Hospital Churruca, en Telefé noticias, columna “conciencia publica”.

¿Hasta cuándo?

por Deborah Maniowicz para revista XXIII
Octubre de 2009

¿En qué consiste el proyecto de la línea telefónica para informar sobre aborto?

Es una línea telefónica de acceso público donde cualquier mujer puede obtener información sobre el aborto seguro realizado con el medicamento misoprostol, sus riesgos y sus efectos, sobre anticoncepción de emergencia y sobre sus derechos frente al personal del sistema de salud, como una herramienta de defensa frente a la violencia obstétrica. No juzgamos las decisiones de las mujeres ni intervenimos en estas decisiones. No aconsejamos ni recomendamos ni prescribimos medicamentos. Reproducimos información pública, principalmente de la OMS (Organización Mundial de la Salud, accesible en http://www.iwhc.org/storage/iwhc/documents/who_guidance_en_espaol.pdf), de la FLASOG (Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología(http://www.flasog.org/images/misoprostol.pdf), del Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro (http://www.clacai.org/) y del Consorcio Médico sobre Aborto con Medicamentos (http://www.medicalabortionconsortium.org) , entre otras. La línea no recomienda, no prescribe, no aconseja, no anuncia medicamentos, ni la información brindada compromete de manera alguna a las mujeres en sus decisiones. Reproducimos información libre de prejuicios, valoraciones morales ni juicios de valor y sí, en cambio, científicamente confiable.

El misoprostol es una droga que tiene múltiples usos obstétricos. No sólo es un abortivo considerado sin riesgos por la OMS en las primeras semanas de embarazo, sino que también se utiliza para facilitar el trabajo de parto en embarazos a término, para inducir bajo supervisión médica abortos de segundo trimestre cuando se produce muerte fetal o existe riesgo para la salud de la gestante, para terminar abortos incompletos y para terminar con hemorragias pos parto. La OMS incluye al misoprostol en su listado de medicamentos esenciales (es decir, aquellos que no pueden faltar en ningun servicio de salud básico). El uso de medicamentos para realizar abortos seguros lleva más de veinte años como práctica establecida y es recomendada por la OMS y otros organismos por su eficacia y bajo riesgo de muerte y complicaciones cuando se realiza siguiendo el método correcto, el cual es muy sencillo. De hecho, por estas características lo consideran un método seguro muy valioso y útil en contextos donde el acceso al aborto está impedido o dificultado y donde el acceso a servicios de salud es malo. En los países donde el aborto es legal, las mujeres reciben información en el sistema de salud acerca de los distintos métodos y son ellas quienes deciden cuál es el mejor para sí mismas. Cuando se considera el aborto con medicamentos, existe la opción de utilizar el misoprostol en las instalaciones de salud o en la propia casa. El aborto con medicamentos es muy elegido porque muchas lo ven como más natural y porque les permite recuperar el control sobre los procesos que tienen lugar en sus propios cuerpos, potenciando su autonomía.
Sin embargo, todavía muchas mujeres no saben que este método existe. Las que saben, suelen obtener información confusa e incompleta. Según el Ministerio de Salud de la Nación, en promedio todas las mujeres abortamos dos veces en nuestra vida, y, por otro lado, el 60% de las embarazadas argentinas no planificó su embarazo. Hace años, la principal causa de muerte de embarazadas en el país deriva de las prácticas abortivas inseguras. Digamos que a través de sus varias aplicaciones es una droga que impacta específicamente en bajar los índices de mortalidad materna, índices que en Argentina son extremadamente altos y que todos los comités internacionales de derechos humanos piden que sean bajados inmediatamente. En Argentina el misoprostol es legal y es comercializado por los laboratorios Beta (bajo la marca Oxaprost) y Casasco (bajo la marca Blokium Prost).

Derechos en que nos basamos:
• A la libre expresión: tod@s tenemos derecho a expresar nuestras opiniones, creencias y a difundir datos, experiencias, teorías, técnicas.

• A gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones: la OMS y la FLASOG establecen un método sencillo para abortar con misoprostol. Esto permite a una gran mayoría de mujeres abortar en su hogar sin riesgos, con mínimo control médico posterior, igual al necesario frente a un aborto espontáneo. Los costos de
producir misoprostol en laboratorios son muy bajos, cualquier país puede fabricarlo. El aborto con misoprostol está entre los más recomendados por l@s médic@s en el mundo y es usado por millones de mujeres.

• A la información: el método para abortar con misoprostol es un avance tecnológico concreto que debe estar a disposición de tod@s l@s que pueden beneficiarse de su uso. El Estado debe eliminar las barreras para que las mujeres accedamos a la información, en especial si afectan nuestra salud y la prevención del embarazo no deseado. El derecho a enseñar y aprender garantiza la circulación de conocimientos sin que queden confinados a núcleos de expert@s y que tod@s puedan requerir, adquirir y difundir conocimientos sobre cualquier tema.

• Derechos de las mujeres a controlar nuestra propia salud y cuerpo, a la salud integral y al disfrute del más alto nivel posible de salud: todas tenemos derecho a decidir sobre nuestra salud y nuestro cuerpo con información verídica, conocimiento de causa y de las opciones disponibles. El Estado está obligado a darnos información sobre métodos de aborto seguro, y no puede trabar las medidas adoptadas por cada mujer para lograr sus objetivos de salud. La criminalización del aborto fuerza su práctica clandestina imponiendo riesgos para la integridad y salud física, mental y social de las mujeres. Los riesgos son mayores para mujeres excluidas y pobres. El estado debe eliminar los riesgos para que no tengamos que recurrir a abortos peligrosos y para reducir la mortalidad evitable. Naciones Unidas recomienda a los Estados eliminar las sanciones a mujeres que abortan y garantizar servicios de aborto seguro.

• Derecho de las mujeres a decidir: Las mujeres somos libres de decidir si deseamos reproducirnos y en qué momento. Ante un embarazo no deseado, el Estado debe brindarnos información completa, veraz y científicamente fundada sobre todas las opciones para que decidamos con libertad e información. En nuestro país el aborto es una opción legal para las mujeres cuando el embarazo es consecuencia de una violación o abuso, ya sea por parte de varones de nuestra familia, pareja o extraños, y cuando su vida y/o salud se ponen en riesgo por el embarazo.
En estos casos, el Estado debe garantizar el acceso al aborto, no puede poner trabas, ni castigarnos.

• A la intimidad y la confidencialidad: el Estado, la policía, l@s médic@s y enfermer@s, l@s abogad@s defensor@s, deben respetar la intimidad. La policía no puede entrar a tu casa ni llevarse cosas sin orden escrita firmada por un@ juez@. Tampoco puede hacerte preguntas y nadie, ni siquiera un@ juez@ puede obligarte a responder preguntas cuando estás acusada, o creés que te pueden acusar de un delito. Toda la información que das a l@s médic@s y auxiliares durante tu atención, incluso en complicaciones por aborto o violencia sexual, es confidencial y secreta, igual que tu tratamiento, estudios y diagnóstico. L@s médic@s no pueden compartir la información con la policía o l@s jueces. El no respeto a la confidencialidad afecta negativamente la salud y bienestar de las mujeres. Violar el deber de confidencialidad es un delito grave.

• A la igualdad y no discriminación: son prohibidos el machismo, sexismo, la homofobia, lesbofobia, misoginia y el racismo. Negar información y servicios de anticoncepción y aborto legal a una mujer es una discriminación prohibida. El Estado debe garantizar estos derechos cuando l@s encargad@s de prestarlos se niegan por razones de conciencia.

¿En qué paises funciona?

Funciona en Ecuador desde hace casi dos años, en Chile desde el 28 de mayo de este año, en Argentina desde el 31 de julio y a fin de año comenzará a funcionar en Perú. También se prepara en otros países de América Latina. No es casual que un proyecto de estas caracteristícas se asiente y extienda en esta región. Los sectores conservadores en Latinoamérica se han encargado también de monopolizar la información para que sólo algunas elites accedan al conocimiento, con clara conciencia de que esto es un mecanismo de poder. Aún antes de la existencia de proyectos como la línea de información, el aborto clandestino con misoprostol estaba ya muy extendido en el plano regional, y ese es uno de los motivos principales por el cual es indispensable difundir información correcta, veraz, completa, científica y sin prejuicios para que sea un método realmente eficiente, de manera que las mujeres no interpreten que no funciona y que su única opción sería recurrir a métodos inseguros como las sondas, agujas, hierbas, etc. Es decir, brindar información adecuada sobre uso eficiente y correcto del misoprostol es una manera de reducir los daños causados por el aborto inseguro. Lo que sucede en general es que la información circula mal y cualquier método mal usado tiene riesgos.

¿Cuándo comenzó a funcionar la línea en Argentina?

La línea se puso en funcionamiento el 31 de julio de este año.

¿Cuántas visitas recibieron?

No recibimos ninguna visita porque no tenemos ningún tipo de contacto personal con las mujeres, no somos una clínica, ni un consultorio ni una consejería. Las mujeres sólo interactúan con nosotras por vía telefónica.
Durante el primer mes se recibieron 345 llamados, incluyendo a mujeres de todas las edades, y de 17 provincias.
Actualmente, el número de llamadas diarias se ha quintuplicado, gracias a la difusión de los medios de comunicación, del movimiento de mujeres y de otras organizaciones sociales que sostienen este proyecto en todo el país. Ya han llamado de todas las provincias.

¿Quiénes atienden el telefono (medicos, voluntarios, psicologos...)?

En la articulación que lleva adelante este proyecto regional no somos médicas ni quienes atienden la línea, ni quienes hacemos el trabajo de vocería. Sí trabajamos con médicos y médicas expertos/as en temas de misoprostol y aborto con medicamentos. Con ellas/os construimos en conjunto nuestro protocolo de atención y estamos actualizándonos permanentemente.

La idea de no ser médicas es uno de los principios políticos del proyecto, ya que consideramos que la transmisión de conocimiento entre pares es un gran método para abordar temáticas tan estigmatizadas como la del aborto. Aclaramos siempre que no somos médicas y que es obligación de las y los médicos brindar la información que damos; que las mujeres tienen derecho a consultar con sus médicas/os sobre el aborto, los distintos métodos, las características, riesgos y ventajas de cada uno; y que si sus médicas/os les niegan esta información tienen derecho a recurrir a otra/o que sí la brinde y que evalúe su caso personal. En la línea no evaluamos casos individuales, simplemente damos información pública general, resultados de estudios, información que se encuentra en el prospecto, contraindicaciones, la información que dio el gobierno sobre las precauciones por la falsificación de medicamentos, direcciones de hospitales públicos, información del programa de salud sexual y reproductiva. Toda información pública y veraz ya publicada relacionada con aborto. Quienes atendemos el teléfono somos mujeres que damos información a otras mujeres con un esquema de educación entre pares. Nos sirven de modelo experiencias históricas como la de los movimientos GLTTB que en los '90 tomaron en sus manos transmitir información a sus pares sobre HIV y cáncer de mamas y cuello de útero -cuestiones centrales para esos colectivos.

¿Reciben capacitaciones quienes atienden las líneas?

Nos capacitamos durante seis meses para este trabajo, con personas experimentadas, especializadas, tanto con médicas/os locales como con compañeras de los otros países. Seguimos haciéndolo permanentemente.

¿Cómo se financia?, ¿Quién sustenta el proyecto?

El proyecto cuenta con un financiamiento mínimo de Women on Waves, que donó un dinero para poder arrancar y del Fondo de Solidaridad XminusY, que es una financiadora holandesa que aporta donaciones para organizaciones y movimientos comprometidos con el cambio social. Quienes atienden la línea y quienes hacemos vocería o trabajo legal donamos nuestro trabajo. Los médicos y las médicas que trabajan como comité asesor también donan su trabajo.

¿De qué organismos recibieron apoyo?

Tenemos una "Declaración por la Información Pública para Abortar más Seguras" que elaboramos en cuando presentamos la línea y que está firmada por más de 200 organizaciones nacionales e internacionales sociales, territoriales, sindicales, de mujeres, gltb, feministas, partidos políticos e incluso organismos gubernamentales. Entre ellas mencionamos a Médicos del Mundo, la Cátedra Libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA, el Municipio de Morón, el INADI, y personas como legisladoras y legisladores porteños, diputadas y diputados nacionales, diputadas de la CABA, juristas y académicas/os.

¿Qué ayuda brindan a las personas que llaman?

Nosotras no brindamos ayuda si se piensa en asistencia, lo que brindamos es información confiable, veraz y oportuna. Información de fuentes autorizadas acerca de cuáles son los efectos del misoprotol, cómo se utiliza, cómo es el proceso normal subsiguiente, cómo detectar las señales de complicaciones y qué hacer frente a ellas. También, como ya hemos mencionado, sobre los derechos de las mujeres frente al personal de salud, sobre violencia sexual y doméstica y sobre anticoncepción de emergencia.
Creemos que esta información es vital en un país donde según el propio Ministerio de Salud de la Nación todas las mujeres, en promedio, abortamos dos veces en nuestras vidas a pesar de la ilegalidad de la práctica, lo que quiere decir que lo hacemos de manera clandestina, de ahí los riesgos altos para la salud y la vida de las mujeres. Donde todas las muertes son de mujeres pobres o de clase media empobrecida, y donde gran cantidad de muertes y daños graves a la salud se producen porque las mujeres no quieren ir a un hospital frente a los daños causados por las prácticas inseguras (sondas, agujas, hierbas) por miedo a ser denunciadas y maltratadas y donde se practican alrededor de 700.000 abortos anuales.

¿Recomiendan la utilización de remedios?
Nosotras no recomendamos nada, las mujeres nos llaman buscando información para comparar con otras fuentes, algunas más confiables, otras menos. Ellas toman sus propias decisiones, no estan esperando que nadie las tome por ellas. Buscan información sobre aborto porque es una experiencia que nos conecta a todas y de la cual nos es negado hablar incluso con nuestras/os médicas/os en función de una restricción que se termina transformando en una prohibición absoluta de siquiera mencionar la palabra aborto.
Recibir la información que nosotras brindamos no condiciona a nadie a interrumpir un embarazo y, si decidiera hacerlo, tampoco condiciona a utilizar un método en lugar de otro.

Por último, consideramos indispensable y urgente la aprobación del proyecto de ley presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que hace dos años duerme en la Cámara de Diputados.

28 de Septiembre

El 28 de Septiembre se realizó en Buenos Aires una marcha en el dia por el derecho al aborto latinoamericano y del caribe. Más de 500 personas pedimos que se sancione yá la ley que permite el aborto hasta la semana 12 libremente.






La foto es gentileza de Gisela Volá, de Cooperativa Sub

Se quintuplicaron las llamadas a la línea

7 de octubre de 2009
Nota para Critica de la Argentina por Josefina Licitra
Una semana atrás, una tapa de Crítica de la Argentina reveló que cada 30 minutos una mujer llamaba a la línea telefónica “Aborto: más información, menos riesgos” para asesorarse sobre cómo interrumpir un embarazo con recursos farmacológicos.
A siete días de esa nota, la línea quintuplicó la cantidad de llamados (ahora hay diez por hora, frente a los dos que había el martes pasado), un auge que dio pie a la organización Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto –a cargo de la gestión de esta vía de información– para exigir aún con más vehemencia el tratamiento y la sanción de una ley por el derecho al aborto seguro y gratuito antes de fin de año.
La demanda se hará hoy, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, durante una marcha que se realizará a las cinco de la tarde desde Plaza de Mayo y hasta la Plaza del Congreso. “Desde que salió la nota completamos el mapa del país: nos faltaban seis provincias por llamar, pero ahora llaman de todos lados, estamos desbordadas –asegura Verónica Marzano, una de las impulsoras de la línea de asesoramiento–. Es importante aprovechar esta repercusión para exigir al Poder Legislativo que sancione una ley. De hecho, desde que se publicó en Crítica de la Argentina hubo hasta miembros de la Corte Suprema que interpelaron a los propios legisladores para que este tema se debatiera”.
La ley que presenta la Campaña Nacional por el Derecho a un Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y que está en este momento en el Congreso Nacional, lleva la firma de la diputada socialista Silvia Augsburger y fue consensuada con varios movimientos sociales (colectivos feministas, de derechos humanos y GLTTB). A pesar de que el proyecto cuenta con el aval y la cooperación de varias organizaciones –y a pesar de que el tema de la despenalización del aborto está en un punto clave del debate público– es muy poco lo que se sabe respecto de esta ley, y es poca –ínfima– la cantidad de gente que habla del tema desde la información, en vez de hacerlo desde los prejuicios. Para despejar incógnitas está Luciana Sánchez, miembro de la campaña y abogada de la organización feminista que gestiona la línea telefónica de aborto farmacológico.

–¿Es el primer proyecto que pide la despenalización del aborto?
–En absoluto. Desde hace ya más 20 años existe la tradición de que los movimientos de mujeres presenten proyectos de ley para que el aborto se legalice o se despenalice, pero nunca son tratados, pierden estado parlamentario y caen. A lo máximo que han llegado es al tratamiento en alguna comisión, pero el Congreso tiene mecanismos típicos para que estos proyectos nunca lleguen al recinto.
–¿Por qué hay un solo proyecto sobre este tema en el Congreso?
–No hay uno solo, hay por lo menos tres. La campaña respalda uno, que es el de la diputada Augsburger, presentado en 2008. Pero también hay uno de Vilma Ibarra, que contempla que el aborto sólo sea realizado en un hospital. Es decir que las mujeres, en la intimidad de sus hogares, no podrían practicárselo. Éste es uno de los grandes puntos de debate que plantea la discusión sobre despenalización: si el aborto tiene que ser en un hospital o si las mujeres pueden hacerlo en otro espacio.
–Pero esta discusión se salda con la propuesta del misoprostol, que se usa de forma doméstica.
–Exacto. El misoprostol es un medicamento que cambió los paradigmas de esta discusión. Ahora, las mujeres pueden ejercer su derecho sin que los médicos lo obstaculicen. En cambio, en los demás tipos de aborto no importa la seguridad de los métodos, la intervención de los médicos es inevitable. El misoprostol reduce los costos del sistema de salud, algo que ya se está viendo en los países donde el aborto es legal y en aquellos como India, con una infraestructura hospitalaria más que deficiente. La OMS recomienda el misoprostol como un medicamento esencial para la salud de las mujeres. Si cada mujer tiene dos abortos en su vida, según estadísticas del Ministerio de Salud, y todos esos abortos tienen que pasar por el sistema médico, ésa es una carga impresionante. Y además tiene consecuencias de clase muy claras: una vez más, se ven beneficiadas las mujeres que están incluidas en el circuito de salud. Si se aprobara una ley que estableciera que el aborto sólo puede ser hecho en hospitales, habría que esperar al menos cien años más para que todas las mujeres pudieran acceder a los hospitales y a un aborto seguro.
–¿Cuál es el tercer proyecto?
–Hay uno presentado en forma posterior por la diputada Augsburger, también respaldado por la campaña, y es sobre aborto no punible. En este último caso, la discusión no se saldó en el Congreso pero en la práctica sí fue saldada con la aparición de la Guía de Aborto no Punible, que establece que el aborto es legal en cuatro casos: cuando hay riesgo para la salud de la mujer, riesgo de vida para la mujer, violación, y violación o atentado al pudor sobre una mujer con sus capacidades disminuidas.
–¿Cuál es la diferencia de este último proyecto con el que ustedes piden que se apruebe?
–Creemos que la restricción de la legalidad del aborto a cuatro casos es inconstitucional. Y eso exige plantear en qué consiste el aborto. Si el aborto está vinculado a la autonomía y la libertad de las mujeres, entonces el Congreso no puede sancionar ninguna ley. Es antidemocrático que el Congreso regule algo que no se puede regular, como es la propia libertad de elección.
–Si el Congreso no debe regular el aborto, ¿entonces por qué se pide la sanción de una ley?
–Lo que estamos pidiendo es un debate legislativo que reglamente las condiciones en las que se va a brindar el servicio de salud relacionado con distintas formas de practicar los distintos tipos de aborto.
–Lo que ustedes dicen es que el aborto no es un hecho discutible, sino que hay que legislar las políticas públicas para que intervenga el Estado.
–Exacto. Las mujeres no piden permiso para abortar. Lo están haciendo desde siempre. Las feministas con más trayectoria en esto, sobre todo mujeres de más de 60 años, incluidas nuestras abuelas, siempre nos cuentan que cuando no había anticoncepción el aborto era una práctica aún más común de lo que es ahora. Lo que la anticoncepción hizo, en definitiva, fue fundar las diferencias de clase. Cuando las ricas empezaron a acceder a la anticoncepción, el aborto dejó de ser un debate para todas las mujeres. Como las que mueren son pobres, el tema dejó de debatirse en el país. Pero al margen de los casos fatales, lo cierto es que todas abortamos. Lo que hay que hacer es discutir de qué forma se va a organizar el Estado para respetarnos.
–¿La ley de despenalización incluye plazos para practicar el aborto? ¿Sería legal hacerlo en cualquier tramo del embarazo?
–No. Justamente, otro de los debates que hay respecto de la legalización gira en torno al tiempo. El proyecto plantea que los abortos deberían estar despenalizados dentro de las primeras 12 semanas, salvo los no punibles, que pueden practicarse en cualquier instancia de la gestación. En este momento en nuestro país la despenalización hasta la semana 12 sería un gran avance. Por la experiencia que nos dio la línea telefónica, vemos que las mujeres consultan tempranamente. Lo hacen dentro de los tres primeros meses. Y además, si se hace en este plazo se reducen mucho los riesgos y se obliga al sistema de salud a brindar atención inmediata a las mujeres.
–Entonces, ¿si una mujer abortara en la semana 20 sí sería punible?
–Así es en el proyecto presentado por la campaña. Esto es cuestionable, porque si hablamos de autonomía y libertad ese plazo es discutible. Creemos que el debate luego de la aprobación de esta ley debería seguir hacia la total despenalización junto con una regulación flexible, para contemplar los diversos intereses y generar obligaciones claras en el Estado.
–¿Por qué cuesta tanto conseguir una sanción? ¿Es por la falta de separación entre Estado e Iglesia?
–No es sólo eso. Por supuesto que esa relación existe y marca territorios. Así como también existen fundamentalismos, posiciones conservadoras respecto de lo que se piensa que es una mujer. Pero además creo que hay una cuestión de desidia, de no pensar en las mujeres como sujetos políticos y sociales. Por ejemplo, cuando se supo que habían sido repartidos 50 mil DIU de mala calidad, nunca se planteó cuál es el perjuicio de las mujeres que se lo colocaron. ¿Quién se hace cargo de esos embarazos no deseados? ¿Cómo responde el Estado frente a eso? No se está pensando en la mujer como persona. Éste es un momento más que adecuado para que la Cámara de Diputados deje de darnos la espalda a las mujeres. Dar la espalda lo único que logra es arrojarnos a la clandestinidad y exponernos a una pérdida de dignidad.
Línea Aborto, más información, menos riesgos: 011-15-66647070 (se puede llamar o mandar un mensaje de texto y en la línea contestan gratuitamente).

Línea Aborto, mas información menos riesgos Informe del primer mes

(Versión en inglés)

El lunes 21 de Septiembre presentamos los datos y hallazgos del primer mes de atención de la línea en la legislatura porteña, en el salón San Martin.
Realizaron comentarios sobre el informe:

Diana Maffía, legisladora porteña, Presidenta de la Comisión especial de igualdad real de oportunidades y de trato entre mujeres y varones
Gabriela Alegre, legisladora porteña, Presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud.
Fernando Giayetto, médico ginecólogo. Asesor de la línea aborto más información menos riesgos.
Paula Castello, integrante de AMARC. (Asociación mundial de radios comunitarias)
Presentó los datos: Gabi Diaz Villa de Lesbianas y Feministas por la descriminalización del aborto.

Informe

"HALLAZGOS Y REFLEXIONES A UN MES DE ATENCION DE LA LINEA “ABORTO: MAS INFORMACION, MENOS RIESGOS”

Es necesario hablar de aborto sin eufemismos ni moralinas.
El aborto ya fue: Uno por cada minuto que pasa. El aborto nos inscribe a todas las mujeres en una experiencia común. Según el Ministerio de Salud, en promedio, todas las mujeres pasamos por dos procesos de aborto durante nuestras vidas. El misoprostol nos permite hacerlo sin riesgos, con mínimo control médico posterior.

El misoprostol cambia los términos del debate sobre aborto.

En países donde el aborto está restringido, el misoprostol revela que la verdadera causa de muerte de las mujeres que abortan, no son los métodos inseguros sino la violencia médica.
La corporación médica juega un rol fundamental en la desinformación sobre aborto, amplificado por los medios de comunicación masiva. El objetivo de esta alianza es custodiar la ruta del semen hasta las últimas consecuencias: no es suficiente embarazar, nos quieren obligar a parir.

La experiencia de la línea “Aborto: más información, menos riesgos” viene a sumar fuerzas con la ya iniciada desarticulación de la connivencia entre las corporaciones medica y mediática en el control sobre los cuerpos con útero.

La realidad que la línea viene a sacar del closet es el aborto como acto performativo de autonomía: el aborto que no es un drama, el aborto que no pide permiso ni perdón. El aborto que se estima que asciende a entre 460.000 y 700.000 por año aquí en la Argentina.

En este mes de atención (31/7 al 31/8), la línea ha recibido 345 llamadas, atendiendo sólo 6 horas por día. El 23 % de las llamadas fueron desde Ciudad de Buenos Aires. De Provincia de Buenos Aires, 30%. El resto se distribuye en otras 15 provincias. Este gran éxito ha sido posible gracias al trabajo de difusión del número de los movimientos sociales, las organizaciones de mujeres y feministas, las redes de solidaridad de mujeres y personas comprometidas, como así también la amplia red de radios comunitarias y medios locales e independientes.

El promedio de llamadas diarias, entonces, es de 11, y cada comunicación dura aproximadamente 20 minutos. 204 llamadas fueron para requerir información específica sobre aborto con misoprostol.

Hemos brindado información sobre aborto con misoprostol científica, completa, actualizada, de manera comprensible y oportuna. Personalizada, en una conversación anónima, confidencial y sin prejuicios. El hecho de poder recurrir a personas que no abren juicios sobre las situaciones puntuales que atraviesan las mujeres es parte del valor que ellas mismas le dan a la línea y permite de manera fluida y eficaz la apropiación de saberes para una decisión informada.
Las mujeres que llamaron a la línea ya tenían referencias sobre el misoprostol o “la pastilla para abortar”. Estas referencias estaban cargadas de mitos, errores, prejuicios. Era información falsa, desactualizada e incompleta.

En la enorme mayoría de los casos refirieron que esta búsqueda de información era parte de una estrategia conjunta con otras personas. El 92 % llamó acompañada. En el 23 % de las veces, por sus parejas. Sólo el 8% dijo querer enfrentar este proceso en soledad o no tener con quien compartirlo. Las menores de 21 años que han llamado, 11%, lo han hecho acompañadas por sus madres.

Hemos recibido llamadas de mujeres de todas las edades, de 13 a 47 años. Mujeres en diversas etapas de su vida, de su período de capacidad reproductiva. Todas con dudas, temores, ansiedades, miedos parecidos. Todas unidas por la invisible cadena de tabúes que rodean el cuerpo, la sexualidad, la maternidad, la capacidad de decisión de las mujeres.

La gran mayoría de las mujeres que llama conoce las fechas de su ciclo menstrual, ha estado embarazada anteriormente, sabe cómo confirmar un embarazo y cómo acceder a una ecografía. Pero no tienen información sobre su propia vagina, sobre los procesos de embarazo, aborto o parto.

Solo en el 37 % de las llamadas las mujeres manifestaron haber usado algún tipo de anticoncepción, que falló.

De las conversaciones en la línea surge que el 82% de los varones no usó preservativo. Las mujeres explicitan las dificultades que encuentran para negociar con ellos la anticoncepción y prevención de ITS: mientras el 11% dijo tomar pastillas anticonceptivas, otras dicen frases como “me dijo que era estéril”, “prometió acabar afuera”, “no lo pude evitar”, “me dijo que se hizo una vasectomía”. Son los varones quienes controlan las condiciones del encuentro sexual. Esto pone de manifiesto la necesidad de abordar explícitamente las asimetrías de poder en las relaciones heterosexuales desde las políticas de educación y salud sexual.

Según nuestra experiencia en la línea, las mujeres buscan información sobre aborto tempranamente. Las mujeres llamaron con un tiempo de gestación promedio de 7,4 semanas. Es importante recordar que el aborto con misoprostol registra su mayor eficacia entre la semana 7 y 9 de gestación.

La mayoría de las mujeres que llamaron a la línea manifestó haber consultado previamente a su médica/o por información sobre aborto, y haber recibido información falsa: que el misoprostol puede causarle un derrame cerebral, que necesitaran transfusiones de sangre, que las pastillas no funcionan, que se colocan dentro del útero, que el útero puede estallar, que es un método letal, que causan infertilidad, etc.

También expresaron que sus médicos/as se negaron a brindarles la información solicitada, incluso en casos en que las mujeres manifestaron padecer enfermedades o estar bajo tratamientos incompatibles con la continuación del embarazo. Hemos escuchado de las mujeres frases como “dijo yo estudié para salvar vidas”, “no me puede sacar algo que late”, “me mandó al carajo”.

Además, tenían nula información sobre cómo es un proceso de aborto, qué esperar, cómo reconocer una hemorragia o infección y qué hacer al respecto.

Algunas mujeres no sabían cómo acceder a atención médica. Otras, la gran mayoría, siente que no puede acceder a ella: más del 90% manifestó sentirse intimidada por conocer experiencias de violencia, amenazas o denuncias sufridas por mujeres a manos de personal de salud.
Ninguna de las mujeres que llamaron sabían cuáles son sus derechos frente a un médico o una médica, no conocían el deber de confidencialidad ni la obligación legal de atender un aborto en curso, incompleto o brindar atención postaborto.

Tampoco conocían información sobre las situaciones en que el aborto es legal ni cómo acceder a un aborto no punible.

La violencia obstétrica y médica es una forma de coartar la autonomía de las mujeres exponiéndolas a enormes riesgos para su salud y negándoles acceso a información sobre el método correcto para abortos con misoprostol. La OMS establece al misoprostol como un medicamento esencial para la atención básica de salud de las mujeres. El aborto con misoprostol es considerado un método de aborto sin riesgos que hasta las 12 semanas de gestación, las mujeres pueden realizar por si mismas en sus casas, sin supervisión medica alguna, y con mínima atención medica posterior, aún en condiciones de clandestinidad.

La corporación médica actúa como policías, jueces y verdugos, castigando a las mujeres que abortan con la vulneración de sus derechos a la salud, a la información, a la atención médica digna.

Las mujeres sufren toda clase de violencias y vulneración de sus derechos cuando se enfrentan a un embarazo y buscan información sobre aborto. Los y las médicos/as violan sistemáticamente sus deberes: aterrorizan a las mujeres con información falsa, niegan información que es su deber brindar, violan la confidencialidad.

Según datos oficiales, 74 son las mujeres muertas por aborto inseguro durante el 2007. Según fuentes expertas, la mortalidad de las mujeres que abortan está bajando gracias al uso de misoprostol. Prohibir o restringir el acceso al misoprostol por cualquier medio, incluido su precio, implica violentar la autonomía de las mujeres, obligándolas a enfrentar altos riesgos para su salud, que incluso pueden derivar en muerte.

Ciudadanas de segunda en una democracia tibia restringida geográficamente a las grandes ciudades y zonas donde la información circula por otros canales además de los medios de comunicación masiva hegemónicos. Una democracia que, para las mujeres, llega hasta el ombligo y continúa en las rodillas. El resto es del Estado, y es un Estado dictatorial.

A un mes de atención de la línea, podemos decir que las mujeres estamos dispuestas a ejercer nuestros derechos aún a pesar de las amenazas, los castigos y los riesgos a los que nos exponen los médicos/as y los medios hegemónicos. Es obligación del Estado garantizar el derecho a la información en temas de salud sexual y derechos reproductivos, en especial en temas de aborto seguro. De acuerdo con el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la mayoría de las muertes de mujeres embarazadas por causas de abortos inseguros son perfectamente evitables y la falta de información sería una de las principales causas de la mortalidad de mujeres en general y de las muertes por abortos inseguros en particular.

Por lo tanto, cada médico/a que niega información sobre aborto seguro se convierte en cómplice del femicidio impuesto por la prohibición del aborto y falta a su deber médico de proteger la salud y la vida de sus pacientes. Cada medio de comunicación que transmite información parcial, falsa, sesgada y cargada de misoginia se convierte también en cómplice, faltando su deber democrático de contribuir a la generación de agencia política crítica a través de la diseminación del conocimiento.

La información sobre aborto seguro no puede seguir transmitiéndose en secreto. Basta de hipocresía. El silencio no es salud.

OPINIONES- Del lado de las mujeres

Mario Sebastiani (Miembro del Servicio de Obstetricia y Comité de Bioética del Hospital Italiano)

"El conocimiento médico no nos pertenece sino que le pertenece a la gente. Toda consulta sobre la cual nosotros tengamos un conocimiento, lo lógico es dárselo a quienes han permitido que seamos médicos. No puedo, a priori, censurar lo que voy a decir. Eso es paternalismo y no autonomía. Dado que no se ofrece otro tipo de solución a la gente que quiere interrumpir una gestación, bienvenido sea el número telefónico, que seguramente da una información precisa de la situación. Le guste a quien le guste, el aborto está desapareciendo del ámbito médico para convertirse en un acto privado de las mujeres. Esto es producto de la tecnología y de que las mujeres han sido castigadas cuando necesitaron acercarse a la medicina y sus instituciones: encontraron denuncias, victimización y juzgamiento. Las respuestas que encontraron de nosotros fueron de cuarta. Cuando las mujeres tardan en consultar, el aborto se convierte en una intervención compleja. No favorezco el aborto, pero si lo va a haber, la medicina tienen que estar del lado de estas mujeres"
Declaraciones al diario Critica de la Argentina, a proposito de la presentación del primer informe de la linea Aborto, más información, menosriesgos.

repercusiones del primer informe: DETRÁS DE LA PASTILLA




22-09-2009

INTERÉS GENERAL
Detras de la Pastilla
Por Josefina Licitra


Cada 30 minutos una argentina llama para consultar cómo abortar

La línea telefónica fue creada para favorecer el acceso a la información sobre los métodos recomendados por la OMS. Según el Ministerio de Salud de la Nación, en el país se practica un aborto por cada dos nacimientos.

Todas las argentinas abortaron, en promedio, dos veces a lo largo de su vida. Esta cifra está dada por el Ministerio de Salud de la Nación y pone en evidencia una verdad áspera y definitiva: más allá de compartir la posibilidad de dar a luz, las mujeres están unidas por la experiencia común -y tanto menos luminosa- de haber interrumpido un embarazo. A todas, dicen las estadísticas, les ha ocurrido. Y para esas "todas" -las pasadas y las futuras- surgió, el 31 de julio pasado, una línea telefónica gratuita -llamada "Aborto: más información, menos riesgos"- que busca dar asesoramiento acerca de la interrupción farmacológica de un embarazo, y que en poco más de un mes dio dos batacazos en la opinión pública. En primer lugar, la organización no gubernamental (ONG) Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, a cargo de la gestión de esta línea, se animó a abandonar las disertaciones ideológicas y asumir el riesgo de dar asesoramiento práctico para abortar. Y en segunda instancia, en el día de ayer esta misma ONG presentó un balance del primer mes de actividad de la línea telefónica, y lo hizo en un escenario inédito en la historia argentina: el Salón San Martín de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. "Ésta es una intervención política inmensa", aseguró ayer la diputada Diana Maffía, presidenta de la Comisión Especial de Igualdad Real de Oportunidades y de Trato entre Mujeres y Varones. "Ojalá que éste sea un paso previo a la despenalización del aborto. Ésta es una iniciativa de mucho coraje, y con Diana gestionamos este espacio en la Legislatura porque se trata de una causa para defender firmemente", agregó Gabriela Alegre, presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud. Y así fue como, con la ayuda de ambas, sucedió: bajo una escultura de San Martín a caballo, al lado de la bandera argentina y entre las paredes de roble prosapio -en el corazón mismo, en síntesis, de las instituciones- las representantes de la línea telefónica dieron un panorama duro y esclarecedor, del que se puede hacer la siguiente síntesis:

• El 92% de las mujeres llamó a la línea "Aborto: más información, menos riesgos" acompañada (en el 23% de los casos por sus parejas).

• Hubo chicas de 13 a 47 años. De las menores de edad, el 11% llamó acompañada por sus madres.

• El 82% de los varones no usó preservativo. Esto se debió -de acuerdo con lo que se desprendió de los llamados- a las dificultades que las mujeres encontraban para negociar con los hombres la anticoncepción y la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Dentro de este porcentaje se encuentran declaraciones como éstas: "Él me dijo que era estéril", "prometió acabar afuera", "no lo pude evitar" o "me dijo que se había hecho una vasectomía".

• Más del 90% de las mujeres manifestó sentirse intimidada por conocer experiencias de violencia, amenazas o denuncias sufridas por mujeres que habían recurrido al sistema de salud.

• "Lo que se desprende de todo esto es que las mujeres recibimos el tratamiento de un menor de edad que está bajo tutela -subrayó, luego de la lectura del informe, la legisladora Diana Maffía-. Somos menores de edad perpetuas, incapaces de tomar una decisión sobre nuestro propio cuerpo. Porque aun considerando que el embrión tiene derecho a la vida (cosa que yo creo) el aborto plantea un conflicto de derechos, y cuando hay conflicto de derechos, según el código canónico, hay una decisión de conciencia. Las mujeres somos sujetos morales y tenemos derecho a decidir en la mejor de las condiciones de información. Por eso acompañé desde el principio la idea de esta línea telefónica".

"VÁYANSE AL CARAJO" La línea "Aborto: más información, menos riesgos" es un proyecto que ya fue puesto en marcha en países como Ecuador y que está financiado por las organizaciones Women on Waves (que cobró fama internacional por enviar kits abortivos integrados por las drogas misoprostol y mifepristone a cualquier lugar del mundo) y XminusY. Estas ONG cuentan con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Latinoamericana de Obstetricia y Ginecología (FLOG), que respaldan el uso de métodos abortivos seguros como el misoprostol, ya que lo consideran agente de salud pública: bien administrado -en el marco de las primeras doce semanas de gestación-, permite una interrupción segura y con un mínimo control médico posterior. Por todo esto, quien llame al número de teléfono argentino encontrará asesoramiento para interrumpir un embarazo con misoprostol, un medicamento que sirve para tratar úlceras pero que, en los hechos, integra un descomunal mercado negro abortivo en el que entran usos correctos, pero también fatalmente incorrectos. De ahí que la democratización de esta información -que circula sotto voce y suele quedar sujeta a la buena voluntad y los cánones morales de cada médico- permita reducir la cantidad de abortos que se practican clandestinamente, con el consecuente riesgo de muerte. "Nosotras no indicamos, ni recomendamos, ni prescribimos qué hacer, simplemente brindamos información de la OMS y de la FLOG que es de carácter público y que incluso está online, y a la que muchas mujeres, por diversos motivos, no tienen acceso -explicó Verónica Marzano, una de las activistas a cargo de la línea de asesoramiento, que además cuenta con el respaldo de un comité de médicos-. Nosotras les decimos a las mujeres que llamar a esta línea no las compromete a tomar una decisión. Sólo les estamos dando información para que decidan bien. Y si quieren interrumpir el embarazo, les explicamos cómo hacerlo, siguiendo el protocolo de la FLOG en lo que refiere a la aplicación del misoprostol. Además, les explicamos que, ante un eventual aborto incompleto, tienen derecho a completar el aborto en un hospital, porque eso está legislado desde hace mucho tiempo. Esto es importante, porque muchas mujeres ponen en riesgo su vida ya que se resisten a ir al hospital por miedo al maltrato de los médicos". De acuerdo con el informe presentado en la Legislatura, la mayoría de las mujeres que llamaron a la línea manifestó haber consultado previamente a su médico por información sobre aborto, y haber recibido información falsa: que el misoprostol podía causarle un derrame cerebral, que necesitarían transfusiones de sangre, que las pastillas causaban infertilidad, etcétera. Incluso en casos en que las mujeres manifestaron padecer enfermedades o estar bajo tratamientos incompatibles con la continuación del embarazo, se llegó a escuchar por parte de los médicos frases como "yo estudié para salvar vidas", "no puedo sacar algo que late" y "váyase al carajo". UN VIEJO DEBATE El derecho a interrumpir un embarazo, según algunas lecturas, está garantizado desde 1921 en el Código Penal. En el artículo 86, incisos a y b, se enuncian las situaciones en las que el aborto en la Argentina no es punible, y entre ellas está el riesgo para la salud de la mujer. De acuerdo con la definición de la OMS, "la salud" consiste en "el estado de bienestar bio-psicosocial", de ahí que todo embarazo no querido pueda entenderse como un problema para la salud de cualquier individuo. "Esto sería suficiente argumento para que el acceso al aborto fuera universal, seguro y en manos del Estado -sentenció ayer el médico ginecólogo Fernando Giayetto, asesor de la línea telefónica-. El misoprostol es eficaz y casi no tiene complicaciones si se lo usa con racionalidad. Remarco el término 'racional', porque hay barreras interpuestas entre la razón de los médicos que poseen el conocimiento y de las mujeres que lo ignoran. Al no ceder ni compartir con las mujeres el conocimiento y la existencia de esta tecnología, estamos obligando a quien lo necesite a usar su ingenio para crear o buscar otra herramienta, siempre menos segura y casi seguramente mortal. Aunque los médicos neguemos esta información, las mujeres acceden igualmente al conocimiento acerca de esta droga. Conocer su existencia no garantiza su adecuado uso, lo que puede provocar que disminuya su eficacia causando negación y desconfianza sobre un excelente recurso terapéutico". El misoprostol existe desde hace años bajo la marca Oxaprost 75, un remedio que se usa para tratar úlceras y que se compone de diclofenac (un antiinflamatorio) y misoprostol (un aislante gástrico que produce

contracciones, y por ende resulta abortivo). Fueron justamente las propiedades abortivas del Oxaprost las que alimentaron el bruto mercado negro de este producto. Si bien el medicamento se comercializa bajo receta, la Asociación de Farmacéuticos de la República Argentina estima que el 60 por ciento de las ventas está relacionado con la interrupción de un embarazo. El problema es que, al realizarse de manera clandestina, sin una consejería oficialmente organizada -como sí existe en Uruguay-, el misoprostol arrastra el riesgo de una administración equivocada que puede derivar en hemorragias o en un aborto incompleto que realmente ponga en peligro a las mujeres. Sin ir más lejos, todas las mujeres que llamaron a la línea sabían de la existencia del misoprostol o "la pastilla para abortar", pero estas referencias estaban cargadas de mitos, errores y prejuicios que podían ponerlas en peligro, del mismo modo que la mala información puso en peligro a cientos de miles de mujeres a lo largo de los siglos. Al respecto, el médico ginecólogo Fernando Giayetto graficó esta parábola histórica en tres líneas: "Dedico esta presentación a Lilian, mi madre, que abortó en condiciones seguras hace 50 años. A Luciana, mi pareja, por sus aportes y apoyo. Y a Ana María, abuela de mi Luciana, que murió de una sepsis por aborto inseguro hace 50 años". Línea Aborto, más información, menos riesgos: 011-15-66647070 (se puede llamar o mandar un mensaje de texto y en la línea contestan gratuitamente).